La aplicación de un tratamiento ortopédico, requiere una exploración física, rigurosa y precisa del pie y miembro inferior, así como también de todo el aparato locomotor.

Resulta evidente que la locomoción está garantizada por los pies y el arco inferior, pero no hay que olvidar que el conjunto de la columna vertebral, la cintura escapular, los brazos, la columna cervical y el sistema visual, también participan.

Nuestros ojos nos indican dónde ir y nuestros pies nos llevan.

Disfunciones subyacentes pueden, por lo tanto, influir en la funcionalidad misma de este arco inferior.

No hay que olvidar que alteraciones de la entrada visual, del sistema vestibular, de la propiocepción del cuello y de la columna, incluso del aparato masticador, pueden tener una importante repercusión sobre la marcha y la posición en bipedestación.

El pie es el contacto con el suelo, además de ser el vector de la sensibilidad plantar y de la propiocepción podal, es una herramienta formidable e indispensable en la gestión de la estabilidad durante el movimiento. También está intrínsecamente relacionado con el miembro inferior y la pelvis, que sirve de base a la columna vertebral, mediante el esqueleto y el juego articular y muscular. Vehicula y transmite también informaciones sensoriales hasta los centros nerviosos.

Cualquier alteración en uno de estos sistemas produce una repercusión global sobre la dinámica y requiere adaptaciones. Se tratarán aquí el pie y miembro inferior.

La diferencia de longitud entre una pierna y otra puede generar problemas biomecánicos.

¿Qué son las Disimetrías?

La diferencia  en longitud de miembros inferiores o disimetría, puede representar un problema funcional cuando rebasa los límites de la tolerancia. Es normal tener una diferencia entre una pierna y otra no superior a 0,5cm.

Existen dos tipos de disimetrías:

1- Disimetrías o acortamiento real.

Existe una diferencia en la longitud ósea del fémur, de la tibia o de ambos con respecto al contralateral, pudiendo venir provocadas por:

– Alteraciones congénitas.

– Alteraciones traumáticas (accidentes de tráfico).

– Radiación ionizante que altere la función del cartílago de crecimiento.

– Tumores, quemaduras, infecciones.

2- Disimetrías o acortamiento aparentes.

La longitud ósea es similar respecto al miembro contralateral, existiendo una asimetría funcional como consecuencias de:

– Contracturas musculares.

– Posición asimétrica del talón (ejemplo: diferencia de grado de valgo de talón).

Nuestro cuerpo, modifica su morfología para conseguir una mayor adaptación  y equilibrio ante la disimetría. Tanto es así, que la adaptación en muchos casos es tan perfecta que hace que la disimetría permanezca oculta durante años y no surjan molestias.

Las compensaciones se pueden presentar en cualquier articulación:

– Columna.

– Rodilla.

– Tobillo.

Pero también en cualquier músculo que adapte su tono muscular a la disimetría.

En los casos en los que el cuerpo no consigue adaptarse, surgen molestias que suelen desencadenarse debido a:

– Aumento de la actividades (ejemplo: actividad deportiva).

– Edad avanzada.

EFECTOS

– Dolor de espalda.

– Dolor de cadera (aductores, pubalgia, trocánter, glúteos…).

– Dolor de rodilla.

– Sobrecarga muscular asimétrica.

DIAGNÓSTICO

En BIOPIE el diagnóstico de las disimetrías lo hacemos en función de diferentes pruebas incluidas en el estudio biomecánico:

– Exploración del paciente en camilla con diversas maniobras que permiten valorar el tipo de disimetría. Estas pruebas nos permiten diferenciar, mediante la exploración física del pie y miembro inferior, entre acortamiento real y aparente, pero resultan insuficientes para poder valorar con precisión la disimetría.

Tratamiento

– Uso de plantillas BIOPIE con alza en pie derecho que no superara el 50% del total de la disimetría y que se valorara su progresiva adaptación. Estabilización del retropié del pie izquierdo controlando la pronación.

– Valoración fisioterapeuta.

– Ejercicios de estiramiento de los isquiotibiales.

– Reposo relativo.

Objetivo del tratamiento

– Mejorar la distribución de las cargas en el plano anterior – posterior, para aliviar la tensión a nivel isquiotibial.

– Controlar la pronación como medida de prevención de la periostitis.

– Revisiones periódicas para nueva valoración en plataforma de presiones y filmación en carrera.

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