Las lesiones más comunes que motivan a los corredores a ir a consulta de los médicos podólogos son la fascitis plantar y el síndrome de fricción de la cintilla iliotibial.
Pero también encontramos lesiones igualmente molestas y frecuentes como lo es el exceso de pronación, que consiste en la manera en que el pie gira hacia dentro para distribuir el impacto al pisar, es decir, el movimiento que realiza nuestro pie cuando golpea el suelo.

Hay que destacar que en muchos de los casos observamos una confusión entre síndrome piramidal o falsa ciática, ya que sus síntomas son muy similares, como los dolores lumbares.
Anatomía del Músculo Piramidal
El músculo piramidal es corto y robusto, tiene una forma piriforme (pirámide) que se origina
en el borde del sacro para insertarse en el trocánter mayor del fémur. Regularmente, el
músculo piramidal pasa por encima del nervio ciático, su acción provoca rotación externa de
la cadera y la estabilización de la articulación sacro ilíaca.

Patomecánica del Músculo Piramidal

El pie al pronar, puede causar una serie de patologías en cadena por la alteración fundamental de cada uno de los eslabones de la cadena cinética.
Cuando el pie arrastra al tobillo a la pierna y al muslo a la rotación interna, va a obligar al músculo piramidal a realizar un exceso de trabajo para tratar de compensar ese exceso de viraje del fémur hacia el interior o línea media del cuerpo,recordando siempre que cuando hay un exceso de actividad o trabajo, suelen aparecer las lesiones por sobrecarga o sobreutilización, y el piramidal no va a ser una excepción a esta regla.
Conociendo la causa principal de su contractura (hiperpronación), debemos tener en cuenta otras no menos importantes como lo son:
Calzado inadecuado:
- Calzado con exceso de amortiguación.
- Deformidad del calzado.
- Calzado insuficiente.
Errores en el entrenamiento:
- Exceso de kilometraje.
- Cambios bruscos de ritmo.
- Superficies muy duras o muy blandas.
- Zancada larga.
- Carrera rápida.
Alteraciones anatómicas:
- Pie valgo.
- Laxitud ligamentosa.
- Hiperlordosis lumbar.
- Escoliosis.
- Rotaciones pélvicas.
- Cadera en retroversión o rotación externa.
Síntomas del Síndrome del Piramidal
El síntoma principal es un dolor agudo, que se siente a modo de quemazón y eléctrico, justo en la zona media del glúteo (el punto donde habitualmente se realizan las inyecciones intramusculares), siendo lo más frecuente padecerlo en una sola pierna, aunque también puede darse bilateralmente. En algunas ocasiones el dolor puede, incluso, bajar por el muslo pero raramente pasará de la rodilla.
Diagnóstico del Síndrome del Piramidal
En este síndrome es muy importante el diagnóstico, por los síntomas descritos anteriormente, por esa razón la forma de realizarlo es la siguiente:
- Dolor punzante al presionar la zona media de la nalga con el dedo pulgar.
- Con el corredor tumbado en posición supina (boca arriba), fijamos su hombro contra la camilla y llevamos la cadera afectada hacia la pierna contraria, que se encuentra estirada. Esta maniobra debería provocar el dolor descrito.
Diagnóstico diferencial del Síndrome del Piramidal
El diagnóstico diferencial se realiza en relación a:
- Ciática.
- Lumbago.
- Dolor glúteo.
- Sacroileítis.
Prevención del Síndrome del Piramidal o Falsa Ciática
La prevención principalmente la definimos en base a:
- Exploración biomecánica para determinar cualquier alteración estructural del aparato locomotor que pueda estar relacionada con la patología descrita: pie valgo, laxitud ligamentosa, retroversión femoral…
- Análisis de la zapatilla deportiva, observando si está deformada o desgastada y si es el modelo adecuado para el corredor que estamos valorando.

Medidas que debe tomar el corredor cuando realice ejercicios para el sindrome piramidal
- Estiramiento antes y sobre todo después de la carrera o series de las diferentes cadenas musculares implicadas, haciendo hincapié en los rotadores externos.
- Evitar superficies muy duras o muy blandas: tan malo es el asfalto como la arena de la playa. Hay que tratar de correr mayoritariamente por caminos de tierra.
- Hidratación adecuada: beber un 2% del peso corporal.
- Evitar bicicleta, escaleras y cuestas en situaciones de dolor agudo.
- Reposo relativo.
- Estiramiento de la musculatura glútea, piramidal y fascia lata.
- Hielo 20 minutos cada cuatro horas los primeros días.
- Calor moderado para relajar la zona.
Es importante resaltar que muchas veces el síndrome piramidal va asociado a un acortamiento y aumento de tensión del músculo piramidal. Por eso es muy importante establecer un plan de estiramientos, de ser posible, con la ayuda de un entrenador o terapeuta.
Tratamiento para el Síndrome del Piramidal
Aunque su resolución suele ser muy compleja, en la mayoría de los casos el mejor tratamiento será médico, fisioterápico y ortopodológico, la suma de todos suele dar buenos resultados.
Tratamiento Médico
Para el tratamiento médico se suelen usar antiinflamatorios no esteroideos (AINES):
- Relajantes musculares.
- Infiltraciones a base de corticoides, ozono…
- Toxina botulínica para relajar el músculo.
- Cirugía para descomprimir el músculo (casi nunca es necesario).
Tratamiento Fisioterapéutico
- Masaje profundo.
- Láser.
- Ultrasonidos.
Tratamiento Podológico
Para el tratamiento podológico nos enfocamos en neutralizar el exceso de pronación en las tres fases del apoyo plantar: fase de contacto o choque de talón (cuando entra en contacto con el suelo), fase de balanceo (cuando un pie está en el aire) y fase de despegue, para esto realizamos el estudio biomecánico, para obtener el mejor tratamiento con materiales ortopodológicos, específicos para este
tipo de patología en las que incluiremos elementos como taloneras viscoelásticas, con la finalidad de minimizar el impacto del talón contra el suelo en la fase inicial.
De otra manera, la mejoría de esta y cualquier lesión cronificada en el tiempo resulta bastante complicada.