La armonía a la hora de marchar puede ser alterada por anormalidades de origen congénito, traumático (acortamiento de algún miembro inferior, limitación de la amplitud articular, entre otros) o por déficits neurológicos tanto de origen central como periférico.
La marcha fisiológica normal del ser humano, es un conjunto de pasos, movimientos y patrones que se realizan en bipedestación sin mucho esfuerzo o gasto de energía, que permiten el transporte del cuerpo humano de forma autónoma de un lugar a otro.
Se puede decir también que es la capacidad de desplazamiento en el espacio en donde el peso del cuerpo es distribuido de forma equitativamente alternando ambos miembros inferiores, usando una pierna de soporte o apoyo (fase estática) mientras la otra se balancea u oscila hacia adelante para ocupar la función de la pierna de apoyo (fase dinámica), esto es un ciclo que se repite una y otra vez.
El hecho de que el ser humano pueda trasladarse de un lugar a otro sin dificultades, modificaciones posturales o sin apoyo de ningún tipo, es símbolo de bienestar y salud psicofisiológica, es por ello que cualquier alteración temporal o permanente de la marcha conlleva a la dificultad de desenvolverse naturalmente con su entorno, disminuyendo por ende, la calidad de vida de la persona.
Tipos de marchas patológicas
Ya conocido el proceso de la marcha fisiológica normal, se les hará fácil distinguir las distintas marchas patológicas que existen según las causas que la generan: paresias de origen central y periféricas, alteración de la coordinación, causas funcionales (antiálgicas, histéricas), entre otras.
