En este artículo vamos a intentar definir las claves que diferencian una plantilla genérica que podemos obtener en cualquier tienda deportiva o incluso en algunas ortopedias, frente a las plantillas personalizadas realizadas por un podólogo especialista en biomecánica.

El primer grupo de plantillas genéricas son las que se pueden adquirir en una farmacia, en un supermercado, etc. Está claro que son el grupo de plantillas que están en el nivel más bajo de efectividad, pues no tienen ningún tipo de estudio biomecánico asociado para determinar si la plantilla es adecuada en la mejora de la patología del usuario. En muchas ocasiones, encontramos plantillas genéricas dirigidas a tratar metatarsalgias, fascitis, espolones, juanetes… patologías muy comunes que necesitan un diagnóstico mediante un estudio biomecánico y, que la única finalidad que tienen dichas plantillas, es proporcionar amortiguación. En la mayoría de las ocasiones, cualquier patología del pie necesita algo más que amortiguación para mejorar en sintomatología dolorosa.

En podología se han realizado plantillas personalizadas desde hace décadas, asociadas a un estudio biomecánico del pie y de la extremidad inferior. Siempre se ha intentado que la plantilla solucione un problema determinado, aunque a esas plantillas de antaño hoy se les considera dentro del grupo de las genéricas, pues tienen geometrías estandarizadas.

Gracias a la aparición de nuevos materiales y a las nuevas tecnologías de fabricación, la forma de producirlas ha variado a lo largo de los años, y con ello se ha mejorado sustancialmente el nivel de personalización y efectividad de las mismas.

PLANTILLAS GENÉRICAS

Normalmente existe una base (palmilla) sobre la que se adhieren mediante cola adhesiva una serie de elementos prefabricados. Estos elementos prefabricados no están hechos a la medida de ningún pie en concreto, sino que son genéricos y tienen diferente altura o densidad en función del efecto que queramos conseguir. Puede ser diferente la plantilla derecha de la plantilla izquierda, pero siempre estará compuesto de elementos genéricos, que no dejan de ser piezas fabricadas en serie, con una forma determinada. El nivel de adaptación de la plantilla a la anatomía del pie del paciente (nivel de adaptación bajo) y a la función biomecánica de corrección puede ser suficiente en algunas patologías.

PLANTILLAS PERSONALIZADAS

Si hablamos del grupo de plantillas personalizadas, en primer lugar, debemos comentar que siempre están condicionadas a los datos obtenidos en un estudio biomecánico de la marcha, carrera o gesto deportivo realizado por un podólogo especialista en biomecánica.

Dentro del proceso de confección de la plantilla personalizada, el primer paso es la obtención de un molde plantar del paciente. Se puede realizar de diferentes formas, desde un molde de yeso hasta un escáner tridimensional del pie del paciente. Sea cual sea la forma es a través de este desde el que se va a obtener la pieza que constituirá la base de la plantilla. 

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